CARTA DE AGRADECIMIENTO DE JACOBO TIMERMAN
A GENARO CARRIO (ver fuente al pie)
Carrió había acertado con su estrategia de
abrir un cerrojo a la vez. Timerman reconoció la importancia del trabajo de su
abogado en una carta que le envió desde Tel Aviv el 1 de enero de 1980, tres
meses después de ser liberado. Escrita a máquina en papel membreteado del
diario Ma’ariv de Israel, decía:
Querido amigo
Carrió:
Debe haber
alguna profunda motivación subconsciente que me ha impedido escribirle unas
líneas en la década del 70. La década del 70 comenzó para mí con una gran
experiencia: en septiembre de 1970 comencé a organizar La Opinión. Y la década terminó en 1979 con
mi expulsión del país. Por supuesto que también puede verse desde otro enfoque:
la década del 70 comenzó para mí con una apasionante experiencia pluralista,
como intentó ser La Opinión, y concluyó con un gran triunfo jurídico, como
fue la decisión de la Suprema Corte. Pero el hecho es que aún no puedo dormir
de noche si no me atiborro de píldoras. E incluso con las píldoras, tengo
pesadillas que me hacen aullar.
En fin, ¿debo
insistirle en cuán agradecido estoy?
¿Hay algo que
pueda hacer para demostrárselo?
Cuando nos
encontremos en algún país para poder charlar, o cuando en 1981 aparezcan mis
primeros tres libros, seguramente se le harán claras muchas cosas de las que me
han ocurrido. Supongo que hoy ni yo las tengo totalmente esclarecidas.
Mi estimado Carrió,
le deseo un feliz año, una feliz década. Quisiera que tenga usted sobre sí la
idea que tengo yo. Al menos, pueda verse algún día desde la perspectiva en que
yo lo veo. Y se sentirá feliz. O, al menos, satisfecho consigo mismo.
Los mejores
deseos para usted y su familia.
Jacobo Timerman.